viernes, 30 de julio de 2010

Buscando lios

-A qué viene todo esto señor Brian?
-Nada, es que por las noches me vienen el mal humor y la justicia social.
-Ah, claro.
-Si, claro.
-Se da cuenta usted que es nocivo para si mismo? No estaba feliz con su nuevo trabajo, con la gente para la que estaba trabajando, Que le dio una oportunidad?
-Si, estaba, pero algo cambió y después no me importa mucho nada. No quiero que me digan una verdad por otra.
-No vale la pena, usted lo sabe.
-Lo sé, pero no lo vi en el momento.
-Ahora se pone a escribir, hace como que lo puede superar, pero sabe, sabe bien, que estuvo de más.
-Claro, pero si no hacía nada qué? Estaba de menos. No pude dejarlo pasar. Sentí que era un desafío.
-Le gustan los desafíos?
-Depende de cuales.
-Cuales le gustan?
-Los que no llevan a nada.
-En serio?
-No me doy cuenta, es como si fuese algo que me pasa.
-Pero usted quiere terminar en la calle y salir a buscar trabajo?
-No.
-Entonces?
-No sé, me pareció que tenía que decir algo.
-Odia la autoridad?
-No la odian todos?
-No.
-En serio?
-Odia tanto la autoridad que le cuesta imaginar que hay gente que disfruta que otros tengan más autoridad.
-No creo que nadie disfrute eso. Pero ojo, no siempre tengo problemas con la autoridad, hay veces en que puedo dominar eso.
-Bueno, pero si usted lo está dominando es porque en realidad, siempre siente deseos de desafiar la autoridad.
-Eso es algo humano.
-Usted no es tan inocente.
-No lo soy.
-Aparte, hay gente que quiere tener más autoridad y para eso tiene que si o si negociar con la autoridad.
-Yo negocio.
-Este no es el modo.
-Pero si no están cumpliendo con la ley.
-Pero si usted es el encargado del lugar señor, usted se ganó un lugar y lo acaba de tirar por la borda.
-Es para tanto?
-Le envió el mail a todos sus compañeros.
-Si.
-Y qué esperaba obtener?
-No lo pensé.
-Claro que no lo pensó, no podía obtener nada, si lo hubiera pensado, si hubiese perdido un segundo de su vida en pensar si iba a ganar algo con todo eso, no lo hubiera hecho.
-Lo hice por eso mismo.
-Para no ganar nada?
-No, lo hice porque pensé que no había nada que ganar y no sé bien por qué, pero me cerró. Estoy cansado del trato que tenemos los empleados, no es que yo sea el gran encargado. A la hora de trabajar soy un peón más y trabajo incluso más que las personas que trabajan para mi. Es más, decidí ser encargado sólo para que nadie me esté diciendo qué puedo y qué no puedo hacer
-No tiene mucho sentido lo que dice. Me suena mucho más a una excusa que a otra cosa.
-Bueno, por ahí me hubiese hecho falta un buen consejo pero tuve ganar de enfrentar…
-ENFRENTAR EL PODER! Quién es usted, Juana de Arco?
-La comparación carece de linealidad genérica.
-Está bien, Robin Hood.
-Yo no robé.
-Ok Rodolfo Walsh de juguetería, Che Guevara de imitación, lo que hizo no le va a hacer ganar nada.
-La historia me juzgara.
-Eso lo dijo Menem.
-Él lo repitió, no sé quien lo dijo primero, aparte estaba haciendo un chiste, me doy cuenta que hice algo no tiene sentido.
-Bueno, muy bien. Y ahora?
-Ahora a esperar.
-Qué?
-A ver cómo reaccionan. Soy un gato, lo sé, pero ya está. Si me echo para atrás no tiene sentido y aparte puedo aprender algo de todo esto.
-Y qué sería?
-Nada, que por ahí hay que mejorar el método pero eso no significa que me tenga que callar. Pienso que si sólo se lo hubiera mandado a mi jefa ella me podría haber respondido en privado y de última yo podía meditar si elegía mandárselo a todos.
-Ahora no le dejó a ella ninguna opción.
-Ya sé. Tampoco se la quise dejar pero me doy cuenta que ella al verse encerrada se va a enojar conmigo y que si o si me tengo que conseguir otro trabajo. Aparte mis compañeros de trabajo no valen la pena. Dejé en evidencia una estructura que es mucho más grande que yo. Estoy peleando con molinos de viento.
-Ay que lindo. ¡Pero está usted soñando mi amigo!
-Yo no soy su amigo.
-Bueno, bueno. Usted está soñando señor. Piensa que esto que hizo acá vale algo?
-Algo vale.
-Qué?
-Vale para ser diferente.
-Lo que usted tiene se llama pelotudes.
-Lo sé, también le dicen inocencia, coraje, romanticismo.
-Estupidez le dicen.
-Ya sé
-Y se da cuenta que no vale la pena, que es muy alto el costo que puede llegar a tener que pagar?
-Me doy cuenta.
-Quería demostrar algo?
-No lo sé.
-A alguien o a usted?
-No sé, creo que a ellos, a los jefes, a mi, a mis compañeros, no lo sé, es algo que es parte de mi, no lo inventé ahora, soy así desde que tengo memoria, alguna vez me sirvió, y después ya no me sirvió más.
-Le gusta joder a la gente.
-Me gusta enfrentar a los que tienen más poder que yo y se abusan de eso.
-Pero eso es digno de un pelotudo.
-Lo sé. Soy ese tipo de pelotudo.
-No se lo digo por eso, sabe. Se lo digo porque acá el único que se jodió con esto es usted. Así sus compañeros no tengan que llevar nunca un certificado médico, usted ya está fuera de su trabajo. Nunca le van a dar otro puesto en esa empresa.
-Bueno, me equivoqué.
-Eso quería escuchar.
-Ya sé, es como el final de 1984.
-Quería usar esa frase, no? La tenía pensada desde hace un tiempo?
-Desde que leí que al chavón le habían quebrado el espíritu y entendí que no importaban todas las mierdas esas de las teles prendidas y la imposibilidad de tener sexo, que si te hacían ir en contra tuyo ya te habían cagado de verdad.
-Ay, usted derrama más romanticismo que una novela de las 3 de la tarde.
-No es el mismo tipo de romanticismo. El mío es del tipo, el día que la injustita me haga callar la boca… pero es todo una mentira, ni soy mejor que el resto ni nada. Lo que hice fue porque no pensé y quizás porque tenía sueño y quizás porque como usted dice soy un pelotudo.
-Bueno, por lo menos ya nos vamos entendiendo
-Si
-…
-…
-Se rinde entonces.
-Me rindo, sé que no hacía falta, que no voy a cambiar nada.

(durante algunos segundos nos miramos en silencio)

-No me gusta del todo verlo así.
-En serio?
-Esperaba que tuviese un poco más de sentido su batalla.
-No la tiene
-…
-Tengo que ir al baño, puedo?
-Claro, lo acompaño.
-Tengo que ir a cagar.
-No importa, lo acompaño y seguimos conversando.
-Como diga.

(camino al baño)

-Se le aflojan las eses?
-Odio esa palabra, es tan freudiana.
-Pero se aflojan.
-Desde siempre. cuando era chico y algún pibe me quería fajar, siempre me daban ganas de ir a cagar.
-Debe ser por eso que a la gente como usted se le dice “cagón”.
-Debe ser. Quizás por eso mandé el mail. No quiero que nadie me diga cagón.
-En serio?
-No sé. La verdad es que estoy tratando más o menos de entender pero… no pasa mucho.

(el tipo se apoya contra la pared y yo largo de una todo lo que voy a cagar. Rápido como un tobogán de agua)

-Está cayendo en la realidad, no?
-Si, ya sé que fue una tontería.
-Lo volvería a hacer?

(el tipo hace una cara rara)

-Le molesta el olor?, ya termino.
-Haga de cuenta que no estoy acá.
-Bueno

(voy hasta el bidet)

-Lo volvería a hacer?
-No sé, no creo, es como que me doy cuenta que me serrucho el piso. Que dejé de jugar su juego y que ahora me puedo hacer el valiente pero que no es más que una tontería.

(me levanto del bidet y sin secarme me subo los pantalones. Se me moja todo el culo)

-Necesita demostrar que tiene valor, es eso?
-Puede ser. Cuando voy a tomar el bondi para el trabajo pienso en eso. Voy de noche, justo antes de las 12 y me doy cuenta que tengo un miedo mental pero no físico. Onda, estoy ahí probándome pero siempre supero la prueba. No termino de entender si tengo miedo o lo imagino. Ayer lo que tendría que haber hecho era ponerme a leer algo de política, distraerme y hacer como hacen todos. Callarme la puta boca y buscar lo mejor para mi.
-Pero no. El señorito necesita pensar que está cambiando el mundo.
-No. no es eso. Lo que yo quiero es que me dejen de romper las bolas.
-Seguro que con esto lo consiguió.
-Yo diría que más bien todo lo contrario.
-Sabe qué quiere?
-Claro que no.
-No le da miedo?
-Claro que si.
-Y entonces?
-Tengo un dedo de frente de más.
-Eso es una tontería.
-Puede ser. Quizás debería ser como el encargado de la tarde. Un gil trepador. Pero no me sale. Me hago el revolucionario.
-Revolucionario? Usted es un pelotudo.
-No lo niego ni lo negaría. Pero no voy a dejar que me traten como a un pelotudo más.
-Pero se da cuenta de que el sistema laboral ya está organizado y esa seudo rebeldía infantil no le ayuda para conseguir lo que usted quiere?
-No veo que la seudo dependencia adictiva infantil que muestran mis compañeros le sirva más a ellos. Al menos acá estoy. Pensando en que hice algo aunque sea mínimo e incluso no tenga sentido.
-A sus compañeros no le importa lo que hizo.
-No lo sé. Puede ser. Sólo que no lo hice por ellos.
-Lo hizo por usted. A usted le importa.
-Puede ser.
-Le importa dar un batalla perdida de ante mano, con un premio inexistente, desafiando el reglamento interno de su lugar de trabajo cuando lo que podría haber hecho…
-Basta con eso. Con lo que podría y no pude. Basta con eso. Lo hecho, hecho está, ya se lo dije. Y aparte, si por un segundo me hace sentir mejor conmigo mismo.
-Aunque sea tan fugaz como una paja.
-Le estoy aflojando a la paja.
-No sabe hacer cosas más duraderas?
-No sé. Todavía no lo entendí a eso. No puedo velar por mis intereses. Me boicoteo. Eso quiere escuchar? Esa mierda de que es uno el que siempre se impide a si mismo lograr lo que quiere. Bueno, claro, yo soy el que se boicotea. Soy el peor. Me cago en usted, me cago en su juicio. Me cago en mi, en mi trabajo y en mi miedo. Ellos no tienen derecho a obligarnos a hacer siempre lo que más les conviene y si mis compañeros de trabajo no lo entienden que se jodan, aunque el único que se jode soy yo.
-Bravo, bravo, cuanto heroísmo.
-No es eso, es al menos sentirme vivo y poderoso.
-Como una paja.
-Si, como una paja, si eso es lo que quiere escuchar, una paja, aunque tenga que volver a trabajar de mozo y me pase 10 meses antes de entender que puedo hacer lo que quiera con mi vida.
-Usted es una mentira, se da cuenta?
-Me doy cuenta.
-No es escritor.
-Lo sé.
-No leyó ni estudió nunca todo lo que dice haber leído y estudiado.
-Ya sé.
-No le da vergüenza?
-Trabajo en un hostel, por algo es.
-Por favor, no siga que me da lástima.
-No es verdad que se la de.
-No se crea, tiene sus momentos, al final voy a terminar pensando lo que usted quiere que todos piensen.
-Y qué es?
-Que está desperdiciando su potencial.
-Jaja.
-Le da risa?
-Me la da.
-Qué cosa? Yo o lo que dije?
-Por ahí son las dos.
-Yo por qué?
-Porque le doy lástima pero a la vez siente un poco de admiración por mi y porque cuando dijo que estoy desperdiciando mi potencial me imaginé que mi jefa se iba a sentir atraída por mi, por esta estupidez que hice.
-Es tan inocente?
-Parece, no?
-No, no parece. Pero si creo que se engaña.
-No me engaño. No soy así apropósito. Trato de hacer mejor las cosas pero estos detalles me superan. Pienso que alguna vez me voy a poder dedicar a escribir y estos pequeños riesgos, innecesarios quizás, me van a hacer sentir orgulloso de mi.
-Claro, un pelotudo.
-Puede ser.
-Ahora se pone soberbio.
-No me deja otra opción.
-Por?
-Me siento inseguro porque me doy cuenta que voy contra el sentido común. Pero sabe lo que leí del sentido común? Que era por naturaleza de derecha. Yo le agrego que es ignorante y otra frase más que quizás no tenga lugar pero la leí hace unos días y me gusto
-A ver…
-El miedo es un factor paralizante que genera indiferencia hacia el sufrimiento ajeno.
-Hermosa frase.
-La escribió el hijo del director del Herald de Buenos Aires, en relación a las denuncias que su padre hizo de los desaparecidos durante el golpe de estado.
-Mezcla todo usted.
-No todo, pero veo gente durmiendo en la calle con este frío y siento que tengo que hacer algo.
-Claro, y mandar un mail con la ley de contrato de trabajo a compañeros que no dudaron nunca en tirarle mierda o mirarlo de reojo, es la solución?
-No.
-Entonces.
-No sé, es la sensación de no estar dispuesto todo el tiempo a callarme la boca.
-Bravo.
-Le falto el aplauso.

(me aplaude)

-Y ahora?
-Ahora nada. ya fue man. Trabajos de mierda se consiguen todo el tiempo. Aparte, quien le dice, hasta es posible que me consiga un trabajo mejor.
-En hotelería supongo?
-Qué otra me queda?
-Y para ser un hombre decidido y luchador que se indigna por la gente que duerme en la calle, usted deja mucho pero mucho que desear.
-Ya lo sé. Yo también lo pienso. Me da menos miedo que me echen que otras cosas.
-Por qué será?
-Juego con el tiempo y con mi cara de joven. Al final me imagino que voy a volver a Rosario, me voy a buscar un trabajo malo que no me parta el lomo y listo.
-Una vida hermosa, seguro que eso soñó siempre.
-No, la verdad esperaba más de mi, pero acá me tiene, buscando trabajo en otro hotel. Mintiendo descaradamente que soy un siervo más.
-Patético.
-Si. Pero qué otra me queda?
-A ver. Otras tienen que quedarle. Porqué no se consigue un trabajo en una editorial o algo parecido.
-En serio? No me venga con cuentos usted también. Traté y no pude. La culpa es mía. Lo sé. Me da tanto miedo que no puedo fingir lo necesario. Hoy tuve una entrevista de trabajo.
-Ah, por eso se hizo el guapo con lo del mail.
-Puede ser, soy gil pero no tanto. Pero déjeme que le cuente mi sensación.
-Claro, claro.
-Voy a una mansión en San Telmo. Linda pero fea. Muy mal decorada, con exageración casi desagradable, un lugar donde se podría sentir cómoda cualquier persona de medio pelo para arriba que nunca haya conocido las comodidades de la buena vida. Algo que hace 50 años quizás era elegante pero que ahora no es más que una casa de reliquias. Desde que entro pienso en fingir. Me imagino lo que quieren ver. Finjo hasta en el modo en que me siento o que muestro curiosidad. Por un momento imagino que no debe haber diferencia entre lo que estoy haciendo y escribir el más falso de los curriculums y presentarme a buscar trabajo en una súper compañía.
-A dónde va con todo esto?
-Que es un juego. Que los que te contratan también están fingiendo. Ellos quieren hacerte creer que les gusta su trabajo y que en ningún lugar se trabaja tan bien como ahí. Pero después cuando te contratan, tardas dos semanas en ver que es todo la misma mierda. Tu jefe no quiere hacer nada y te pasa toda la responsabilidad que puede. Pero a la vez, como está tan distraído en no hacer nada, vos te das cuenta que tus compañeros tampoco hacen nada y que ellos te pasan la responsabilidad a vos. Son 3 meses. 3 meses de chupa pija y después a la mierda con todos. Primero tenes más modales que Jacky Kennedy y después te casas con el griego que más guita tiene en el mundo. Todos putos. Pensaba que si puedo fingir lo suficiente para que me contraten en un lugar así, por ahí, puedo fingir lo suficiente para que me contraten en algún lugar que esté mejor.
-Me gusta el plan, suena menos patético que todo lo que viene diciendo.
-Si, igual no se haga ilusiones, soy de lo que desilusionan.
-Eso es lo que más le gusta de usted?
-No se crea.
-Bueno, eso parece.