miércoles, 11 de noviembre de 2009

ese otro soy yo


No sé, pienso que quizás haya alguien entre nosotros y creo que soy yo.
Cuando decidimos que ya es hora de dormir, decisión que por lo general es arbitraria y que rara vez es por necesidad, cierro la puerta de la habitación y me escucho, porque supongo que soy yo de todos modos, caminar por el resto de la casa.
Incluso cuando ya estoy acostado y la miro con miedo de romperla me escucho caminar y hacer ruido con los pies, correr desde la entrada a la cocina o simplemente tirar la cadena del baño para dejarme pensando en que quizás deba levantarme para orinar otra vez porque, aunque no tenga ganas, al escucharme en el baño sé, que si yo he ido es porque debo ir, y me levanto y voy despacio hacia la puerta, giro la llave que cierro para no dejarme entrar y la abro (felizmente) seguro de no encontrarme.
Vuelvo del baño y la veo distraída, la extrañé tanto y siento que no me extraña. Es que para ella sólo fui al baño y empiezo a justificarla, pero no es simplemente eso, es que nunca me siento tan solo como cuando voy al baño.
Cierro otra vez con llave. Mientras me acuesto tratando de no sentir miedo, acostado a su lado, tocando con mis piernas sus piernas, me imagino golpeando la puerta tratando de entrar, de romper, de atravesar, de forzar y violar todo lo que yo, desde dentro, trato de mantener inmaculado, precioso y virgen de mi mismo, de mi destrozante lado que no es otro que mi lado, que yo, que permanezco afuera mientras adentro no se quien está, quién duerme junto a ella y toca las piernas que comería con gusto a la vez que destrozaría sin otra intención que la de poseer del único modo posible, es decir, la poseería con mis dientes, la comería para que no escape.
Los escucho y sé que se besan, que él, es decir, que yo, beso su cuerpo que me pierde y me lleva con su ternura, la que nunca sentí, el sentimiento de fragilidad que tanto me atemoriza, lo bello envuelto de fragilidad que quizás sea la única forma de lo bello, su característica de efímero, de volátil, eso que tiene que dejar de ser para que sea, para que exista, y la beso y me pierdo tratando de no escucharme.

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