viernes, 6 de noviembre de 2009

como Riquelme, pero con la cancha vacía

Estuvo lloviendo durante un rato pero no mucho. Sentado frente a la compu veo por la puerta, la terraza mojada y el cielo que está tristón y gris.
Abajo, un norteamericano de Luisiana canta Aleluya con acento sureño de película. Todo triste pero bien calmo.
Mientras me estoy acá sentado, pienso que es posible que no suceda eso que yo venia soñando y hago fuerzas para no ponerme triste.
Ayer pensaba que la vida es lo que sucede.
Esto es lo que sucede.
Hace días que no voy a trabajar. Me enfermé y después fingí seguir enfermo. Es posible que me echen pero no puede ser el fin del mundo. Quizás sea un comienzo. Pero acá en Baires soy tan débil por momentos, que nunca se sabe.
Leí Musulmanes de Mariano Dorr.
Un loco. Mientras lo leí me sentí bien, no creo que un libro te pueda entregar otra cosa.
Ya le cambié dos veces el nombre al blog. No me convence ninguno y pensé en lo de Riquelme porque me imagino que con la cancha vacía no debe tener sentido hacer esos goles.

1 comentario:

  1. golpes de suerte, derroteros de emociones... sucede y sucede, o a veces no sucede. hay que hacer algo, no de sobra se vive...
    sinceridad, me parece que es sincero. pero viste que en este mundo, la sinceridad no alcanza...
    abrazo, estoy.

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