domingo, 15 de noviembre de 2009

Sobre una conversación sin salida

HOMBRE: Te dije que te amaba pero no me escuchaste.
MUJER: Traté pero tus palabras carecían de amor, sólo me gritabas que lo hacías.
HOMBRE: Ese es mi dolor, soy incapaz de transmitir lo que siento.
MUJER: Es tu principal defecto.
HOMBRE: Cada uno es como es, incluso con sus defectos.
MUJER: Los hombres pueden cambiar.
HOMBRE: Las mujeres también, pero nadie lo hace.
MUJER: Por eso entonces la distancia.
HOMBRE: Te grité que te amaba e igual te fuiste con él.
MUJER: No fuiste claro.
HOMBRE: Que dolor entonces imaginarlos tirados en el pasto aquella noche.
MUJER: No pasó nada.
HOMBRE: No me mientas, no hace falta.
MUJER: No es mentira.
HOMBRE: Si lo es. Imaginé hasta los detalles. Él estaba encima tuyo y te acariciaba las tetas. Cómo las quería yo y él las tocaba y todo para qué. Después él se fue. Te entregaste sin sentido.
MUJER: La vida no es sólo eso.
HOMBRE: Para mi lo fue esa vez, qué dolor, no podes imaginarlo.
MUJER: Y el mío, ¿dónde queda mi dolor? Yo te amaba pero vos sólo podías gritármelo, en la distancia te recuerdo y lo que tus palabras decían cobran cada vez más valor pero sólo porque en el recuerdo ya no me asusta escucharte nombrarlas.
HOMBRE: ¿Tan agresivo fui?
MUJER: Lo fuiste.
HOMBRE: Pero dormías con él aquella noche, no te imaginás lo que mi fértil mente vislumbró.
MUJER: Siempre buscando palabras raras.
HOMBRE: Te lo cogiste y yo te amaba, ¿es suficiente claridad?
MUJER: Me gritabas que te dejara.
HOMBRE: Pero porque todo me dolía.
MUJER: Y yo debía comprenderte…
HOMBRE: Ojalá lo hubieses hecho, entonces si hubiese sido amor, alguien me hubiera amado.
MUJER: El melodrama dejalo para más tarde.
HOMBRE: No hables así, no es así como sos vos.
MUJER: Hace mucho que no nos vemos
HOMBRE: Nunca fuiste cruel con tus palabras, solo con tus actos.
MUJER: Vos tampoco me comprendías.
HOMBRE: Traté siempre de quererte.
MUJER: Uno no trata de querer al otro, uno lo quiere.
HOMBRE: Aquella noche en que llovía y corrí a tu casa no valió nada.
MUJER: Sólo el acto heroico.
HOMBRE: Hicimos el amor en el palier de tu casa, yo estaba empapado.
MUJER: No fue eso lo que sucedió.
HOMBRE: Pero si yo lo recuerdo…
MUJER: Subiste primero, te secaste.
HOMBRE: Te golpeé la cola mientras subías la escalera, ahí comenzó todo.
MUJER: Me enojé con vos por hacerlo, ¿no te acordas…?
HOMBRE: Ahora me acuerdo, pero te juro, pensé que aquellas vez…
MUJER: Habrá sido alguna otra vez, recuerdo muchas.
HOMBRE: ¿Entonces qué pasó?
MUJER: Subiste, mi padre dormía en su pieza con su nueva mujer, mi hermana dormía en una cama junto a la mía. Te quedaste en la cocina, chorreabas todo el piso.
HOMBRE: Me acuerdo de esa lluvia, la ciudad estaba inundada. Nosotros ya no estábamos juntos pero todavía nos amábamos.
MUJER: Siempre elegiste la pasión.
HOMBRE: Me era imposible lo otro.
MUJER: Hubiese preferido que fueras diferente.
HOMBRE: Eso no tiene sentido.
MUJER: Lo sé, te amé por como eras pero por ser como sos me hiciste sufrir tanto.
HOMBRE: Yo también sufrí.
MUJER: Los dos lo hicimos, no se trata de eso. Esa noche te quedaste en la cocina, te sacaste la ropa y yo te dí una remera de mi papá.
HOMBRE: Me acuerdo que antes de ir me encontraba en mi casa y que para cruzar algunas calles, de inundadas que estaban, me tuve que sacar las zapatillas y remangarme los pantalones.
MUJER: Yo te espera y sentía en mi un amor que no comprendía. Eras tan esquivo.
HOMBRE: Y vos dormiste con él aquella noche.
MUJER: No es para tanto. No hace falta que vuelvas siempre a eso.
HOMBRE: No sabes lo que me dolió.
MUJER: Pero vos me habías dejado. Me habías dicho que me dejabas.
HOMBRE: ¿Pero no me conocías?, no sabías lo doloroso que es por momentos mi carácter. Te perdía dentro mío antes de decirte que te dejaba. Lloraba mi carácter silencioso.
MUJER: Pero yo no lo sabía.
HOMBRE: Yo sentí que no te amaba.
MUJER: Y yo dormí con él para que lo pensaras.
HOMBRE: Cuánto dolor. Es posible que lo hayas hecho sabiendo?
MUJER: No. En realidad a él lo quería menos.
HOMBRE: ¿Entonces por qué?
MUJER: Por que vos me habías dicho que ya no me amabas. Necesitaba sentirme deseada, era sólo eso.
HOMBRE: Tu sentirte deseada, la vida misma que significabas y mi carácter tan débil y asustadizo.
MUJER: Esa noche mientras te secabas hicimos el amor en la cocina.
HOMBRE: Lo recuerdo. Tenias las manos apoyadas en la mesada.
MUJER: Vos estabas a mi espalda, tenias el cuerpo frío y húmedo.
HOMBRE: Estabas tan tibia y hermosa. Cómo te amaba pero que dolor inmenso me frenaba.
MUJER: Deberíamos habernos quedado juntos.
HOMBRE: Yo también lo he pensado pero éramos tan chicos.
MUJER: Vos eras grande. Recuerdo tus palabras. Incluso en la distancia, alguna vez, recordé lo que me decías sólo para sentirme fuerte.
(pausa)
No debí haber dormido con él.
HOMBRE: No lo digas para que yo lo escuche.
MUJER: Es mi carácter, también yo tengo uno. No debí hacerlo.
HOMBRE: Pero yo te había dejado.
MUJER: No me defiendas. Ya no soy una niña.
(pausa)
HOMBRE: Pero sos todavía hermosa
(pausa)
MUJER: Si no me podes ver
HOMBRE: Pero te recuerdo, recuerdo aquella noche y recuerdo otras, recuerdo un martes.
MUJER: Yo también lo recuerdo.
HOMBRE: Íbamos a recordarlo, te acordas?
MUJER: Íbamos a encontrarnos también, nos habíamos prometido encontrarnos todos los años.
HOMBRE: Si, pero no recuerdo el día
MUJER: Yo tampoco.
HOMBRE: Al final no lo hicimos.
MUJER: Al final te valió más aquella única noche.
HOMBRE: Hubiese preferido que no fuese así. Hubiese querido tener el valor pero no pude.
MUJER: Que triste, yo te amaba tanto.
HOMBRE: Que triste, yo también lo hacía.

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