miércoles, 11 de noviembre de 2009

La tropa del General

(El lugar parece un salón de clases. Es amplio, tiene un escritorio y en otro costado un placard. Hay una ventana con cortinas oscuras y cerradas y una puerta. El General está sentado frente al escritorio escribiendo en un cuaderno cuando el Coronel entra.)

CORONEL: La tropa está alicaída mi General.
GENERAL: ¿Qué les pasa mi Coronel?
CORONEL: Dicen que tienen hambre, que hace semanas que no toman más que caldo.
GENERAL: Explíqueles que es lo único que tenemos.
CORONEL: Tienen frío también mi General.
GENERAL: Es porque no comen, pero por ahora es lo que tenemos.
CORONEL: Disculpe, pero la tropa insiste.
GENERAL: Dígales que de un momento a otro, nos va a llegar comida.
CORONEL: Dicen que eso ya lo escucharon y se preguntan para cuándo.
GENERAL: Pero dígame mi Coronel, usted va a seguir mucho tiempo con estas preguntas pelotudas?, qué quiere que le diga, es lo que tenemos.
CORONEL: Discúlpeme mi General, pero: tropa alicaída tropa que se revela.
GENERAL: Muy bien mi Coronel…

(respira cerrando apenas los ojos)

GENERAL: Me agarra a un par medio salidos de las normas y les pega una buena viava delante de todos. Pero eso sí, que los asuste, no que los enoje.
(El Coronel sale)


(Al rato)
CORONEL: La tropa no se lo tomó a bien mi General.
GENERAL: Qué dicen?
CORONEL: Que usted no sabe nada y que nos van a matar a todos.

(El General le da una cachetada con el revés de la mano sobre el rostro)

GENERAL: ¿Y qué hizo al respecto?
CORONEL: Desnudé unos revoltosos y los obligué a caminar hasta las trincheras enemigas.
GENERAL: Muy bien hecho mi Coronel. Me gusta el detalle de la desnudes, no sólo los mata, sino que amedrenta al resto con la vergüenza ajena.
CORONEL: Muchas gracias.
GENERAL: Entonces ¿todo quedó calmo?
CORONEL: Si mi General.
GENERAL: Una cosa más mi Coronel, hoy a la mañana lo vi espiarme mientras me afeitaba.
CORONEL: Eh…
GENERAL: No es la primera vez que lo veo.
CORONEL: Le tengo mucha estima mi General, afeitarse con este frío…

(Junta los talones)

GENERAL: ¿Y por qué escondido?
CORONEL: A usted no puedo mentirle. Me gusta mirar a las personas. Soy mirón.
GENERAL: Voyeur querrá decir.
CORONEL: Puede ser. Usted sabe tantas cosas.
GENERAL: Su obsecuencia me cansa. Retírese.
CORONEL: Si mi General. Lo siento mi General.
(Sale)

(Al rato)
CORONEL: Mi General la tropa se levantó en el sector 8 del Ala 102
GENERAL: ¿Cómo puede ser posible? Usted es un inútil.
CORONEL: La tropa tiene hambre.
GENERAL: Esa no es una respuesta. ¿Cuál es la situación?
CORONEL: Por el momento está contenida dentro del sector. De ser necesario he dado la orden de clausurar el Ala 102 dinamitando los pasos.
GENERAL: ¿Qué es lo que le pasa mi Coronel?, ¿No puede mantener a la tropa calmada?
CORONEL: Mi general, creame, no quiero defraudarlo, pero la tropa está cada vez más enferma y delgadita. Usan sus últimas fuerzas contra nosotros.
GENERAL: Esos traidores. Si así quieren comportarse, muy bien. Cierre la 102 ahora mismo. Quiero que los aísle y que se mueran de hambre o que se maten los unos a los otros
CORONEL: Brillante mi General.
GENERAL: ¿Le parece mi Coronel? Lo dije en un momento en que también me tire un gas, hace años que tengo piedras en los riñones, nunca tuve tiempo de sacármelas con esta guerra.
CORONEL: Siempre tan sacrificado con la causa, por eso es tan admirable.
La tropa reaccionará bien, los que no se rebelen van a luchar contra los revoltosos por miedo a las represalias.
Dentro del Ala 102 permanece todavía el grupo de contención pero podré sacar a la mayoría. El resto son bajas considerables.
GENERAL: Usted es un sanguinario, no sé cómo puede pensar todas esas cosas.

(reflexivo)

GENERAL: Por otro lado, que bien que eligió su profesión, en cualquier otro lugar hubiera desentonado. Se puede decir que la guerra le vino bien a su carácter
CORONEL: Gracias. Así lo sentí desde que todo comenzó.
GENERAL: Y a qué se dedicaba antes?
CORONEL: Trabajaba en una corporación mi General, en el área contable.
GENERAL: ¿Y era feliz?
CORONEL: No. Esperaba que la vida fuese más que números.
GENERAL: La vida no es lo que uno espera.
CORONEL: Disculpe, pero yo quería que mi vida fuese otra cosa y lo fue.
GENERAL: Esto no se acaba hasta que se acaba.
CORONEL: No me hable del tiempo que me da nausea.
GENERAL: Usted es un marica mi Coronel, se lo digo por si no lo sabe.
CORONEL: Nunca dudé de serlo, pero no me tiembla el pulso y esa es una cualidad.
GENERAL: Usted habla muy bien de usted.
CORONEL: Yo soy de los que piensan mucho.
GENERAL: Gran desdicha la suya entonces, lo siento por su familia.
CORONEL: No tengo, nunca tuve.
GENERAL: ¿Y por qué?
CORONEL: Soy huérfano.
GENERAL: Puta. Que infortunio el suyo.
CORONEL: Hay vidas peores. Pero es por eso que pienso mucho y soy mirón. Me gusta ver como es la gente común y después los imito. Así me eduqué para salir adelante en la vida.
GENERAL: Sus pensamientos me exasperan.
CORONEL: Mi General, pensar me calma.
GENERAL: Usted está loco mi Coronel. Retírese a hacer lo que se le ordenó.
CORONEL: A la orden mi General
(Sale)

(Al rato)
CORONEL: Mi General, las cosas no salieron bien.
GENERAL: ¿Qué pasó?
CORONEL: La 102 se levantó y el grupo de contención se les unió. La revuelta avanza a paso firme y veloz, ya han tomado las 101 y 103 y mientras hablamos todas las Alas del sector Norte se les terminaran uniendo.
GENERAL: ¿Quien los dirige?
CORONEL: Un tal Sargento Piedrabuena.
GENERAL: Usted es un inútil.
CORONEL: Lo sé mi General.

(Le pega una cacheta en el rostro)

GENERAL: Mande ya mismo a cerrar todo el sector Norte.
CORONEL: Pero…, en el sector norte se encuentra la artillería pesada.
GENERAL: ¿Quién se lo preguntó?
CORONEL: Nadie mi General. Pero sin la artillería no vamos a poder avanzar en la guerra
GENERAL: Usted sabe tanto como yo que esta guerra está perdida. En este momento nuestro enemigo es interno, esa es la prioridad.

(El general piensa)

GENERAL: Y qué es lo que pide el Sargento ese?
CORONEL: Todavía no he podido ponerme en contacto con él mi General.
GENERAL: ¿Y qué está esperando?
CORONEL: Nada señor, es que primero me pareció adecuado contarle a usted la situación.
GENERAL: Usted, mi Coronel, es un inservible, viene hasta acá sin tener nada bueno que decirme y encima ni siquiera tiene información útil
CORONEL: Lo sé mi General, es que me puse nervioso por lo que conversamos antes.
GENERAL: ¿De qué habla?
CORONEL: Nunca le había dicho a nadie que yo era gay, usted parece conocerme tanto.
GENERAL: Estamos en guerra y con un motín en el sector norte y usted se distrae pensando en eso.
CORONEL: Es que yo pensé que era un secreto.
GENERAL: Todo el mundo lo sabe.
CORONEL: ¿En serio?
GENERAL: No sea idiota. Ahora cierre el sector Norte. Luego se pone en contacto con el sargentito este y me lo trae hasta acá para hablar, ¿comprendió?
CORONEL: Si mi General, a la orden mi General.
(Se retira)

(Al rato)
CORONEL: Mi General, buenas noticias. Hemos cerrado el sector con éxito.
GENERAL: ¿Y del Sargento qué se sabe?
CORONEL: Mejores noticias
GENERAL: Dígame.
CORONEL: Lo atrapamos. Lo engañamos diciéndole que le mandábamos comida.

(Ríe como un adolescente que ve tropezar a un extraño en la calle)

GENERAL: Lo felicito ¿Dónde lo tienen?
CORONEL: Ahora mismo lo están trayendo para acá.
GENERAL: Muy bien. ¿Los otros sectores cómo se encuentran?
CORONEL: Siguen con hambre pero ya ordené que le repartieran otra vuelta de caldo mi General.
GENERAL: No se de qué se quejan.
CORONEL: Nada les alcanza.
GENERAL:¿Una copa de vino mi Coronel? Justo estaba por probar un queso francés, no se si lo conoce, brie.
CORONEL: No lo conozco pero me gustaría.
GENERAL: Hágase amigo, como en su casa.

(El Coronel se acerca a una mesa con quesos y vino)

GENERAL: Discúlpeme que antes lo haya tratado mal mi Coronel.
CORONEL: No fue para tanto.
GENERAL: Tengo un carácter difícil, lo sé.
CORONEL: No se crea, es usted una persona muy dulce.
GENERAL: No trate de hacerme sentir bien mi Coronel, ya le pegué dos veces en lo que va del día.
CORONEL: Lo necesitaba mi General.
GENERAL: Sé que está tratando de hacer, pero yo me conozco. No es que sea violento, es el trabajo lo que me pone así. Antes de la guerra era maestro de secundaria.
CORONEL: Ya sabía yo que estaba educado.
GENERAL: No es para tanto, era profesor de educación física.
CORONEL: Es lo mismo, trabajaba en un colegio.
GENERAL: Apenas por algunos meses, luego comenzó la guerra.
CORONEL: Si, unos meses, pero más que la mayoría. Yo quisiera tener ese tipo de experiencia.
GENERAL: Fue mejor así, no tolero a los adolescentes.
CORONEL: ¿Quién los tolera?
GENERAL: Hay gente que lo hace.
CORONEL: Locos, cualquier persona sana no da nada por un adolescente.
GENERAL: Usted es insoportable mi Coronel.
CORONEL: Por eso me gustaría ser como usted.
GENERAL: Yo tengo un carácter de mierda.

(Le pega otra cachetada)

CORONEL: Yo sé que usted es un hombre bueno.
GENERAL: Usted es un pelotudo.
CORONEL: Me agrada que me reconozca tan fácilmente.

(El General está al borde de un ataque de nervios)

GENERAL: ¿Y el Sargento dónde está?
CORONEL: Ya debe estar llegando mi General.

(El Coronel se asoma a una puerta)

CORONEL: Ahí lo traen.

(El Coronel le da un beso al general)


(El Sargento lleva las manos esposadas en la espalda. Es delgado y tiene la piel de la cara pegada a los huesos. Un soldado lo entra, lo sienta en una silla y luego se retira)


GENERAL: Así que usted me quiere arruinar la fiesta

(El Coronel ríe un corta risita)

GENERAL: Así que usted se piensa que la tiene más larga que yo.

(Casi que le tirita el culo al Coronel)

SARGENTO: Mi General tenemos hambre.
GENERAL: No quiero excusas, quiero que me responda.
SARGENTO: ¿Qué cosa mi general?
GENERAL: Quiero que me responda si se piensa que la tiene más larga que yo.
SARGENTO: No lo sé mi General. Puede ser que si.

(El Coronel se adelanta y le da una cachetada)

CORONEL: En este cuartel nadie la tiene más larga que mi General, ¡¿Entendió Sargento?!

(El General lo mira incómodo pero satisfecho)

CORONEL: Responda correctamente la pregunta que se le ha hecho.
SARGENTO: Lo siento mi Coronel pero no quiero mentir.

(El Coronel lo golpea otra vez)

GENERAL: Sáquele los pantalones. Si la tiene más larga que yo, le corta lo que le sobra.

(El Coronel le saca los pantalones ante el forcejeo del sargento que guarda silencio)

(Luego, los dos observan el miembro del Sargento quien les devuelve una mirada luchadora y orgullosa. Ninguno de los dos logra reaccionar. Hablan como si hablaran para si mismos)

CORONEL: No entiendo si tiene las piernas muy flacas o la tiene demasiado ancha.
GENERAL: Si yo tuviese lo que le vamos a cortar, seguro que mi mujer no me abandonaba.

(El General mira a los ojos al Sargento)

GENERAL: Me gustaría mentirle Sargento, pero al menos le vamos a cortar la mitad.

(Silencio. El Coronel y el General le dan una ultima mirada a la pija del Sargento)

GENERAL: Adelante mi coronel, haga su trabajo.

(El Coronel duda)

CORONEL: Lamento lo de su mujer.
GENERAL: No sea idiota.
CORONEL: Mi General.
GENERAL: Mi Coronel.
CORONEL: No puedo hacerlo. Me parece un desperdicio.

(El General le da una cacheta)

GENERAL: Es todo su culpa.
CORONEL: Lo sé.
GENERAL: Haga lo que se le dice.
CORONEL: Es una crueldad.
GENERAL: Usted ha hecho cosas peores mi Coronel.
CORONEL: No se crea mi General.

(El Coronel baja la cabeza con resignación y va a buscar un cuchillo a la mesa de quesos)

SARGENTO: Pero esto no tiene sentido, tenemos hambre, sólo por eso nos revelamos.
GENERAL: ¿Usted cree que es fácil Soldado? Tengo muchas cosas con las que lidiar.
SARGENTO: Pero cómo me la va a cortar mi General. Soy pobre, es lo único que tengo para ser feliz.
GENERAL: Tendría que haber mentido, tendría que haber aceptado que yo la tenía más grande.
SARGENTO: Pero no puedo mentir sobre lo que soy mi General. No tiene sentido.
GENERAL: Mentir, es a los demás Sargento.
SARGENTO: Por favor, no puede ser todo una cuestión de poronga.
GENERAL: No es usted quien me dice cómo son las cosas, soy yo quien lo dice.
SARGENTO: Necesitamos comida.
GENERAL: No hay, la guerra es difícil Sargento.
SARGENTO: Tengo soldados que llevan casi ocho años en el frente, yo mismo no he vuelto a mi casa en seis.

(El Coronel se acerca con el cuchillo)

CORONEL: Deje de repetir la misma frase Sargento, el General le ha explicado que no hay.
SARGENTO: Deberían dejarnos ir, nos estamos muriendo.

(El Coronel le pega una cachetada)

CORONEL: No sea insolente Sargento.
SARGENTO: Por favor mi Coronel, no lo haga.

(El Coronel mira al General esperando que este lo frene)

GENERAL: ¿Qué quiere? Que lo deje ir sabiendo que la tiene más larga que yo. ¿Se volvió loco?
CORONEL: De ninguna manera mi General. Démelo.

(El Sargento abre los ojos)

GENERAL: Y porque debería acceder yo a eso.
CORONEL: Aleccionaría al batallón. Si se la cortamos su fama crecería. Podría llegar a tamaños exagerados.
GENERAL: Mártires. Los odio.

(Luego de pensar un rato)

GENERAL: Está bien, pero que lo decida él.

(El Sargento mira al Coronel, luego al General)

SARGENTO: Antes córtemela.

(El General mira al Coronel y este, con lastimera expresión, avanza un paso)

SARGENTO: No. Espere. Déjemelo pensar un segundo más.


FIN

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