lunes, 30 de noviembre de 2009

El enano

Sergio trabaja en la cocina del bar. Le dicen Enano. Es así. Enano. Cuando lo conocí, le pregunté si prefería que le dijera Sergio, me dijo, para qué, soy enano, todo bien.
Antes de trabajar en la cocina trabajo algunos meses de cartonero y antes, cargando reses y bajándolas del camión. La idea es que un hombre de 75 kilos, se cruza por detrás de la cabeza y encima de los hombros, una media res de entre 100 y 150 kilos. El enano es macizo como un tronco.
Le pasa, creo yo que por ser enano, que es un hijo de puta. Es un enano de mierda. No lo digo con maldad, la verdad que me parece una gran persona, pero, tiene eso de disfrutar reírse con la desgracia ajena.
Estuvo casado y tiene dos hijos. Cuando se separaron le dió su casa a su ex para que vivan ahí los guachos (dixit) y durmió, mientras le tocó, adentro del Falcon que tenía.
En la época dorada del precio del cartón, salió a cartonear con dos amigos. Durante una temporada de cuatro o cinco meses se dedicó a eso. Uno de sus amigo, me contó feliz y lleno de risas, salió un día solo, bañado y arreglado, porque eran sin duda otro tipo de cartoneros, y le robaron todo, la ropa y decía mientras se reía, picando la cabeza como una pelotita, le robaron todo, hasta el carrito.

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